Corazones solitarios latiendo al unison

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domingo, 9 de junio de 2013

Amor mas aya de la muerte. "Part. 2"

Estube ahí esperándola por un poco mas de 30 minutos, estaba pensando en que no vendría pero nuevamente me sorprendió. No la vi llegar, ni siquiera la escuche acercarse, pero eso no me importo, ella se veía imposiblemente hermosa, vestía de negro y en su rostro se formaba una amplia sonrisa que me dejo encantado.

-Hola...Lamento la tardanza.- dijo ella un poco apenada.
-No te preocupes.... entonces, quieres dar un paseo? - le dije dándole la mano.
-Claro.

No se como explicar lo que sentía en aquel momento, parecía estar en un sueño.
Hubo un momento en el que ella simplemente dejo de caminar, su expresión se puso en blanco y su sonrisa desapareció. Miro de reojo la parte por la que íbamos pasando, habían dos grandes arboles juntos y la malesa crecía entre ellos, la tierra parecía estar algo suelta, ella dio unos cuantos pasos para atrás como si estuviera horrorizada.

-Que pasa? - le dije preocupado.
-Nada... solo, malos recuerdos... podemos irnos ya de aquí?
-Si, si quieres.-

Una vez dicho eso ambos salimos del lago, no sabia que había sucedido, fue todo muy extraño y ella no quiso contarme a que se refería con que tenia malos recuerdos de aquel lugar, lo único que la escuchaba murmurar fue: "Me gustaba salir a pasear aquí por las noches"

-Quieres que te acompañe a tu casa? ya es un poco tarde.- le dije
-No creo que sea necesario, puedo llegar sola.-
-Estas segura?-
-Si, gracias aun así-

Ella se dio la media vuelta y se fue, quería seguirla solo para asegurarme de que llegaría con bien pero no pude hacerlo.
Una vez estando de nuevo en mi casa, recostado en mi cama, me puse a recordar todo aquel día, entonces note algo extraño, la gente se nos quedaba viendo de forma algo extraña o mas bien... me veían a mi de forma extraña, pero no le tome importancia, por lo que realmente estaba preocupado era por la expresión de Gristel al pasar por aquel lugar.

Pasaron los días y debido a que ya no asistíamos a la escuela, ya no supe nada de Gristel. Hasta que dos semanas mas tarde recibí un mensaje de un numero que se marcaba como desconocido.

"Hey Erick, soy Gristel, crees podríamos vernos esta noche? en la entrada de el parque a las 9:00 pm?"

Me pareció muy extraño que me mandara ese mensaje, ya que yo en ningún momento le di mi numero, pero ya eran las 8:30 pm y tenia que darme prisa para llegar.
En cuanto llegue a la entrada ahí estaba ella, nuevamente vestida de negro, me recibió con una hermosa sonrisa y un abrazo.
Eso me hizo sentir muy bien. Conversamos un buen rato, pero ya eran las 2:00 am no me explicaba como se había pasado el tiempo tan rápido. Esta vez la convencí de que me dejara acompañarla a casa. 

-Bueno... no te regañaran tus padres o algo así por llegar tan tarde?- le dije
-No lo creo- 

El resto de el camino estuvimos en silencio, hasta que la pregunta vino de nuevo a mi mente.

-Oye... como conseguiste mi numero?-
-Ho... Aron me lo dio- (Aron mi mejor amigo)
-No sabia que lo conocías...pe..pero por que marcaba como numero desconocido?
-Por que es un numero privado jaja- dijo ella mostrando su teléfono.

Me sentí algo tonto y avergonzado, por lo que seguimos caminando en silencio, cuando llegamos a su casa ella se despidió de mi con un beso en la mejilla y entro.

De nuevo fui a mi casa con una sonrisa en el rostro, no tuve noticias de ella por al menos dos semanas, hasta que nuevamente llamo a mi teléfono celular, esta vez a una hora mas razonable.
A partir de ahí, salimos todos los días, casi todo el día estábamos juntos, aunque no podía evitar notar las miradas de todas las demás personas dirigirse hacia mi, me veían de forma extraña, pero eso no me importaba en lo mas mínimo.
Lo único que importaba en aquel momento era que estaba con ella, que estaba enamorado de ella y que ella estaba enamorada de mi.
Un día... estábamos en el parque, en nuestra parte favorita de este y por fin me atreví a decírselo. Ella al fin acepto convertirse en mi novia.
Estaba tan feliz que ya nada me importaba!, absolutamente nada, lo único que quería era estar con ella, protegerla, darle mi amor y hacerla feliz. 
Ella ese mismo día, íbamos tomados de las manos y me hizo hacerle una  promesa:

"Promete... que de ahora en adelante no saldrás a ninguna parte sin mi"

Lo pensé por un momento, pero finalmente acepte solo quería estar bien con ella y aria lo que fuera para que fue así.

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